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Unas cantidades afines a las que proporciona el Ministerio de Transición Energética responsable de la lucha contra los incendios en España. En 2022, la temporada de máximo peligro incendios forestales en España -que dura de junio a octubre- promete proseguir la inclinación de 2021 de empeorar los datos del año anterior. En España, las cifras de incendios mejoraron sensiblemente desde 2012, pero no es un descenso lineal sino un descenso lleno de avatares. Los vientos intensos y las altas temperaturas avivaron un incendio forestal en 1996 en las estribaciones de Boise, Idaho, hasta convertirlo en un infierno que ardió durante siete días. En el momento en que por fin se extinguió, el incendio -denominado Eighth Street Fire- había calcinado unas 6000 hectáreas y dejado al descubierto dos de las principales cuencas hidrográficas de la zona. Las fuentes de calor asisten a desatar el incendio forestal y a llevar el comburente a temperaturas lo suficientemente calientes como para prenderlo. Los relámpagos, las fogatas o los cigarrillos encendidos, e inclusive el sol, pueden proporcionar el calor bastante para provocar un incendio forestal.
Invertir en gestión forestal
Esto se consistiría en disponer depósitos de agua y también hidrantes en las calles, mantener los caminos alrededores despejados de vehículos y vegetación, etc. Las personas que salgan a la naturaleza deberían comprender bien el ambiente y los distintos caminos, no salirse de los lugares señalizados e intentar ir por zonas con visibilidad. Los incendios forestales que se producen de manera natural tienen la posibilidad de desencadenarse a lo largo del clima seco y las sequías. En estas condiciones, la vegetación comunmente verde puede transformarse en un comburente inflamable y absolutamente seco; los fuertes vientos extienden el fuego con rapidez y las temperaturas cálidas benefician la combustión. Con estos elementos, es suficiente con una chispa -con apariencia de rayo, incendio causado, una línea eléctrica caída, una hoguera o un cigarro encendido- para ocasionar estragos.
Saber reaccionar ante un incendio
No obstante, la proporción de enormes incendios crece un año tras otro respecto al total de siniestros. Y si bien solamente suponen el 0,18% del total, en ellos arde el 40% de la área total afectada por el fuego, según datos del Ministerio de para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD). Puedes preguntar aquí la comparativa de incendios forestales en España en estos años. Entre la ideas que realiza para tomar conciencia de la relevancia de impedir los incendios forestales, Oriol Vilalta creó la Fundación Pau Costa. Esta es la primera red social forestales internacional donde investigadores, bomberos, agricultores y sociedad civil se ocupan de fomentar una exclusiva forma de comprender y gestionar el fuego. El 95% de los incendios forestales son ocasionados por el ser humano, en su gran mayoría por negligencias.
Esto revela que es precisa la aplicación instantánea de medidas que prevengan los incendios forestales en cualquier rincón del planeta. Buscar resoluciones no es solo una labor de las autoridades sino todos podemos aportar nuestro grano de arena para impedir los incendios forestales. España es uno de los países con mayor peligro de incendios en Europa y han pasado a ser un fenómeno cíclico recurrente. Su prevención y extinción es uno de los mayores retos a los que nos encaramos. Y debemos hacerlo en un instante en el que la activa de estos fenómenos ha cambiado.
Cómo prevenir incendios forestales
Lo hizo desde la selva amazónica hasta los terribles incendios sucedidos en Australia, pasando por los bosques del Ártico e Indonesia. Los coches o algún otro vehículo de combustión deberían aparcarse en parking habilitados. Y no se debe utilizar desbrozadoras, motosierras o algún otro aparato mecánico que pueda ocasionar chispas o calor intenso. En Estados Unidos, donde los incendios mucho más conocidos se producen en California, estos empeoran por los vientos calientes y secos de Santa Ana, que tienen la posibilidad de trasladar una chispa a km de distancia. El comburente es todo el material inflamable que circunda al fuego, Postheaven.net incluidos los árboles, la hierba, la maleza e incluso las casas. Cuanto mayor sea la carga de combustible de una zona, mucho más intenso será el incendio.
Así se inician los incendios forestales y esta es la forma de detenerlos
En los últimos tiempos, los incendios forestales en España han sido provocados primordialmente por olas de calor y sequía que agudizan las condiciones de propagación. Estas condiciones amplían el periodo de tiempo de riesgo de unos montes vulnerables que tienen una deficiente gestión forestal. En los últimos años, los incendios forestales han arrasado bosques y panoramas agravando la situación medioambiental y climática en todo el mundo. Los incendios provocan el incremento de las temperaturas, los períodos de sequía extendidos –que causan una mayor sequedad del suelo– y las olas de calor. El despoblamiento rural y el cambio climático son los 2 enormes pilares que nos llevaron a una situación de riesgo constante en temas de incendios forestales. Y es que, como explica Verdell, «no llueve igual ahora que hace 30 años y no es exactamente lo mismo que caigan 10 litros durante 10 días que 100 litros en un día. En España, entre 2010 y 2019 el número de siniestros se redujo en un 36% en relación a la década previo y la media de la área afectada disminuyó en un 27%.
Qué hacer en un incendio forestal
Entre el 1 de junio y el 1 de noviembre es la época de mayor riesgo de incendios y sobre todo, el mediodía y el atardecer y los últimos días de la semana de julio y agosto. Por este motivo, no hay que hacer hogueras o barbacoas ni quemar rastrojos o demás restos agroforestales. Los bomberos combaten las llamas privándolas de uno o varios de los elementos escenciales del triángulo del fuego. Un método clásico consiste en apagar los incendios que ya están con agua y rociar retardantes del fuego. A veces, los bomberos asimismo trabajan en grupo, de manera frecuente llamados "bomberos de reacción instantánea", para eliminar la vegetación del lote que rodea al incendio y así contenerlo y finalmente privarlo de combustible. Los incendios forestales tienen la posibilidad de abrasar millones de cientos de miles de hectáreas de tierra a una velocidad asombrosa, consumiendo todo lo que hallan a su paso. Estas llamas ondulantes se desplazan a más de 22 km por hora, lo que equivale a un ritmo de más de 6,4 km por minuto, y pueden sobrepasar al humano medio en cuestión de minutos.
